.
2º TEXTO |
ESTUDIO PORMENORIZADO DE LOS PRINCIPALES ANTIMICROBIANOS DE APLICACION EN CLINICA
b-Lactaminas o antibióticos b-lactámicos
El rasgo químico común es la posesión de un anillo b-lactámico,
que determina muchas de las propiedades que comparten.
Se trata de una familia que engloba antibióticos muy importantes tanto por
su actividad como por su amplia utilización. Es quizá dentro de ella
donde en los últimos años se han descrito mayor número de nuevos
antimicrobianos con posibilidades clínicas y que aportan sustanciales ventajas
sobre los ya descritos. Son poco tóxicos, al interferir un proceso vital para
las bacterias, que no existe en el hombre u otros mamíferos, la síntesis
de la pared celular. Los fenómenos nocivos más importantes que desencadenan
son de tipo anafiláctico (hipersensibilidad tipo I de Coombs y Gell). La resistencia
a estos fármacos se adquiere principalmente por la producción de b-lactamasas,
pero también por la pérdida o baja afinidad de unión de los
receptores proteicos para las penicilinas que las bacterias tienen en la membrana
citoplásmica.
Penicilinas
La bencilpenicilina fue aislada a partir del hongo Penicillium notatum por
Fleming, en 1928. Desde entonces se han obtenido nuevas penicilinas bien de origen
biológico o por semisíntesis a partir del ácido penicilánico,
y se ha logrado aumentar el espectro frente a microorganismos gramnegativos.
Químicamente, todas las penicilinas constan de un anillo tiazolidínico,
otro b-lactámico y una cadena lateral, que es la que diferencia las distintas
penicilinas. Las acciones nocivas de estas sustancias son fundamentalmente alérgicas,
aunque pueden dar lugar a otros fenómenos adversos.
Las penicilinas se clasifican fundamentalmente sobre la base de su estructura química
en 6 grupos. Cada uno de estos grupos químicos determina que los miembros
que lo componen tengan unas determinadas propiedades farmacodinámicas y de
acción sobre las bacterias.
Bencilpenicilina o penicilina G. Se presenta en forma de sales. Las sales
sódicas y potásicas tienen una vida media muy corta y por ello se administran
cada 4 horas. Para subsanar este problema, existen las sales con procaína
y benzatina (2 moléculas de penicilina unidas) que se eliminan más
lentamente, si bien se obtienen niveles séricos inferiores. Su espectro de
acción incluye: estreptococos (a excepción de los enterococos, que
tienen una sensibilidad variable y algunas cepas resistentes de Streptococcus
pneumoniae ), estafilococos (salvo Staphylococcus aureus productores
de b-lactamasas y las cepas resistentes de Staphylococcus epidermidis ), Neisseria
(excepto los gonococos productores de b-lactamasas) y anaerobios (menos Bacteroides
fragilis, Fusobacterium varium, Clostridium ramosum ) Corynebacterium
diphtheriae, Bacillus anthracis, Actinomyces , asociación fusoespirilar
y Treponema pallidum.
En definitiva, la penicilina G sería el fármaco de elección
en las infecciones provocadas por cocos y bacilos grampositivos, con las excepciones
señaladas en el espectro, y por tanto constituye el tratamiento de elección
de amigdalitis, otitis, sinusitis y otras infecciones de vías respiratorias
también en la gonococia junto con probenecid para conseguir niveles muy elevados
y en meningitis meningocócica, difteria, carbunco, infecciones anaerobias
en las que no esté implicado B. fragilis, sífilis, actinomicosis
y fusoespiroquetosis (angina de Vincent).
Se usa, además, penicilina en la profilaxis de la fiebre reumática
(penicilina V o penicilina benzatina), en epidemias por S. pyogenes (penicilina
V o benzatina), sífilis y gonococia (penicilina procaína) y endocarditis
en enfermos con afectación valvular previa.
Fenoxi-alquil-penicilinas. Son penicilinas orales que se investigaron para
subsanar el problema de la ácido-labilidad de la penicilina G. Su espectro
es semejante al de la bencilpenicilina. Su utilización clínica se limita
a la continuidad de tratamiento de una infección producida por un organismo
sensible (S. pyogenes, S. pneumoniae ), iniciado con penicilina G, y a la
profilaxis de infecciones estreytocócicas en pacientes con antecedentes de
fiebre reumática.
Penicilinas antiestafilocócicas. Los estafilococos fueron las primeras
bacterias en desarrollar resistencia a la penicilina al producir una penicilinasa,
cuyo control genético es plasmídico y transferible por transducción.
Para subsanar esta resistencia, se desarrollaron estas penicilinas, semisintéticas,
cuya indicación clínica de uso son precisamente las infecciones producidas
por estas bacterias.
a-Amino-bencilpenicilinas. Todo este grupo, a excepción de las ureidopenicilinas,
tienen un espectro prácticamente idéntico. Al de la penicilina G suman
una mayor actividad frente a enterococo y Haemophilus y sensibilidad frente
a Listeria monocytogenes , E coli , Shigella , Salmonella
y Proteus mirabilis. De todos los preparados tienen interés la ampicilina,
la amoxicilina y los ésteres de ampicilina.
La ampicilina tiene una absorción oral baja cuando se administra junto con
los alimentos. Este problema se ha subsanado con la amoxicilina y los ésteres,
particularmente con la talampicilina y bacampicilina, que se pueden tomar con las
comidas. Por otro lado, se obtienen niveles sanguíneos semejantes a los de
la ampicilina por vía intramuscular. Clínicamente, estos preparados
se pueden utilizar en cualquier infección en que estén implicados microorganismos
sensibles: afecciones de las vías respiratorias, meningitis por H. influenzae
, listeriosis, salmonelosis, infecciones urinarias, infecciones por enterococos,
shigelosis (a excepción de la amoxicilina), etc. Todos estos compuestos son
sensibles a b-lactamasas.
Ureidopenicilinas. Son a-amino-derivados y se incluyen en este grupo algunas
de las penicilinas últimamente descubiertas e introducidas en la clínica
en algunos países. La azlocilina tiene un espectro semejante al de la carbenicilina
(v. más adelante), pero es más activa frente a Pseudomonas aeruginosa
(16 veces) y menos frente a Proteus.
La mezlocilina y piperacilina unen al espectro de la carbenicilina una mayor actividad
frente a cocos grampositivos y bacilos gramnegativos (Pseudomonas aeruginosa
), incluida Klebsiella.
Estos antibióticos deben aplicarse después de un antibiograma, puesto
que la sensibilidad de las cepas es variable, y preferentemente en hospitales. Son
sensibles a b-lactamasas.
Carboxipenicilinas. Su espectro es similar al de la ampicilina, pero con actividad
frente a Pseudomonas aeruginosa (más la ticarcilina, 2 a 4 veces),
Proteus indol-positivos (P. vulgaris, Morganella morganii
y Providencia rettgeri, stuartii y alcalifaciens ), Bacteroides
fragilis y algunas cepas de Enterobacter y Serratia . Son menos
activas frente a los cocos grampositivos. Como las ureidopenicilinas, son sensibles
a las b-lactamasas y actúan sinérgicamente con los aminoglicósidos
frente a Pseudomonas aeruginosa . Están indicadas en infecciones producidas
por bacterias sensibles, previo antibiograma, y su uso es hospitalario.
La indanil-carbenicilina y la carfecilina son ésteres de carbenicilina que
se hidrolizan, una vez absorbidas, liberando carbenicilina. Por los niveles que se
obtienen, sólo están indicadas en infecciones urinarias por Pseudomonas
aeruginosa .
Amidinopenicilinas. El mecilinam (amidinocilina) y su éster pivaloil,
pivmecilinam (administrable por vía oral), presentan un espectro muy distinto
al de otras penicilinas. Su actividad frente a cocos gramnegativos, Neisseria
y Haemophilus es escasa. Son útiles frente a E. coli, Shigella,
Salmonella, Klebsiella, Enterobacter y Citrobacter y tienen una eficacia
variable frente a Proteus . Actúan sinérgicamente junto con
penicilinas y cefalosporinas.
6a-Metoxipenicilinas. La introducción de un radical metoxi en posición
6a determina, por un lado, la resistencia a las b-lactamasas, pero condiciona, por
otra parte, que estos antimicrobianos no presenten actividad frente a bacterias grampositivas.
Hasta el momento sólo se dispone de un preparado con utilidad clínica,
la temocilina, que es un derivado de la ticarcilina. Muestra una buena actividad
frente a enterobacterias (las que presentan mayores resistencias son Enterobacter
spp. y Serratia marcescens ), Haemophilus spp. y Neisseria gonorrhoeae
. La temocilina no es activa frente a grampositivos, bacterias anaerobias, Pseudomonas
spp. y Acinetobacter anitratus .
Cefalosporinas
Las cefalosporinas utilizadas en clínica son antibióticos semisintéticos
derivados de la cefamicina C, producida por Cephalosporium . Químicamente
constan de dos anillos, uno lactámico y otro dihidrotiazínico. Las
modificaciones en la posición 7 del anillo b-lactámico determinan el
espectro antibacteriano, y las realizadas en la posición 3 del anillo dihidrotiazínico
modifican la farmacocinética y metabolismo del medicamento.
El mecanismo de acción y resistencia es el descrito para los b-lactámicos
en general. Pero, además, por lo que respecta a resistencia, puede aparecer
por hidrólisis por b-lactamasas o impermeabilización, impidiendo que
el antibiótico llegue al lugar de acción. En las cefalosporinas se
ha descrito un fenómeno de tolerancia, que consiste en que las bacterias no
son lisadas, sino que sólo se inhibe su crecimiento, es decir, una actividad
bacteriostática. De las acciones adversas provocadas por las cefalosporinas
resalta el poder nefrotóxico de la cefaloridina, que a partir de 4 g/día
produce necrosis tubular. La nefrotoxicidad potencial de las cefalosporinas aumenta
cuando se asocian con aminoglicósidos.
Las cefalosporinas que tienen en posición 3 un radical tiometiltetrazolio
(cefamandol, cefmenoxina, cefoperazona, cefmetazol, cefotetan, moxalactam) se han
implicado en la producción de coagulopatías reversibles con vitamina
K y reacción tipo disulfiram.
Clasificación, espectro e indicaciones clínicas. La clasificación
de las cefalosporinas de uso clínico en el hombre se hace sobre la base de
la sensibilidad o no a las b-lactamasas, circunstancia que va acompañada de
modificaciones en el espectro.
Dentro de las cefalosporinas más antiguas, sensibles a las b-lactamasas, aparecen
los siguientes grupos:
Inestables metabólicamente. Son modificadas por las esterasas del
organismo y transformadas en metabolitos menos activos. Deben utilizarse por vía
intravenosa, pues la inyección intramuscular es muy dolorosa. Son ácido-lábiles.
La más utilizada ha sido la cefalotina.
Estables metabólicamente. No son metabolizadas por las esterasas orgánicas.
Se pueden administrar por vía IM o IV y son ácido-lábiles. De
este grupo, dada la toxicidad de la cefaloridina, se aconseja el empleo de la cefazolina.
Orales. No son ácido-lábiles. Cefaclor, cefadroxil y cefatricina
son las cefalosporinas más modernas y tienen más actividad, es decir,
inhiben las bacterias con concentraciones mínimas inhibitorias más
bajas. La cefradina y alguna sal de la cefalexina pueden utilizarse por vía
parenteral.
Todas tienen una gran actividad frente a los cocos aerobios, con excepción
del enterococo, incluidos Staphylococcus aureus productor o no de b-lactamasas
y Staphylococcus epidermidis . Su espectro frente a los bacilos gramnegativos
es semejante al de la ampicilina (E. coli, Salmonella, Proteus mirabilis y Shigella
) salvo que son activas frente a Klebsiella . Carecen de actividad frente
a Haemophilus influenzae , excepto el cefaclor, que si presenta acción
frente a este microorganismo. Tienen actividad frente a anaerobios, a excepción
de Bacteroides fragilis .
Estas cefalosporinas son el antibiótico de elección para el tratamiento
de infecciones por Klebsiella . Son fármacos alternativos de las penicilinas
en caso de alergia a éstas. Se pueden emplear en neumonías extra e
intrahospitalarias (en estas últimas unidas a aminoglicósidos) y en
cualquier otro proceso provocado por agentes sensibles. Por su actividad son excelentes
antiestafilocócicos. Las cefalosporinas orales se emplean, sobre todo, en
infecciones de vías respiratorias. En profilaxis en cirugía, especialmente
en cirugía cardiaca para evitar la implantación de estafilococos en
las prótesis y también en la abdominal, ginecológica, urológica
o en traumatología, pueden emplearse estas cefalosporinas consideradas de
primera generación. El cefaclor por su ligera resistencia a las b-lactamasas
se le considera de 2.ª generación.
En el grupo de las cefalosporinas resistentes a las b-lactamasas podemos diferenciar
tres apartados en relación con su espectro de actividad:
Cefamandol y cefuroxima. El primero tiene sólo una resistencia
parcial de las b-lactamasas. Con relación a las cefalosporinas sensibles a
las b-lactamasas, su espectro se amplía a Enterobacter, Proteus indol-positivos,
Haemophilus influenzae y Neisseria gonorrhoeae (especialmente la
cefuroxima). Su actividad en general frente a cocos grampositivos es menor. Junto
a las cefamicinas integran las cefalosporinas de segunda generación.
Cefsulodina y cefoperazona. Son cefalosporinas de aplicación frente
a Pseudomonas aeruginosa . La cefsulodina es, además, eficaz frente
a Staphylococcus aureus y Streptococcus pyogenes y la cefoperazona
engloba en su espectro los gérmenes citados para cefamandol y cefuroxima.
Cefotaxima, ceftriaxona, ceftazidima y ceftizoxima (aminotiazo-oximacefalosporinas).
La primera es inestable metabólicamente. Al espectro de las cefalosporinas
resistentes a las b-lactamasas del primer grupo se unen: Citrobacter, Serratia
y algunas cepas de Pseudomonas aeruginosa (de manera especial ceftazidima).
Inhiben alrededor del 50 % de las cepas de Bacteroides del grupo fragilis
y no son activas frente a enterococos. Estos dos últimos grupos, junto con
moxalactam, integran las cefalosporinas de tercera generación. Las aminotiazol-
oxima-cefalosporinas atraviesan la barrera hematoencefálica y constituyen
un avance significativo en el tratamiento de la meningitis por bacilos gramnegativos
aerobios y facultativos.
Por su actividad, estos antimicrobianos deben utilizarse sólo en hospitales
y seleccionarse de acuerdo con un antibiograma previo. Las situaciones clínicas
que determinan su uso estarán en relación con el agente etiológico
y su sensibilidad.
De las nuevas cefalosporinas destacan cefpiroma y BMY 28142, consideradas como de
4.ª generación por su mayor actividad frente a grampositivos y gramnegativos.
Cefamicinas ó 7-metoxi-cefalosporinas
Cefoxitina y cefmetazol son antibióticos semisintéticos derivados de
la cefamicina C, producida por Streptomyces lactamadurans . Se diferencian
de las cefalosporinas por presentar un radical metoxi en posición 7a, que
condiciona la resistencia, las b-lactamasas y la estabilidad metabólica. Con
relación a la cefalotina, su espectro abarca además Citrobacter,
Proteus indol-positivos, Serratia marcescens y Bacteroides fragilis.
No suelen ser activos frente a Enterobacter y el cefmetazol en general tiene
una actividad similar a la cefoxitina. Más recientes son cefotetan y cefbuperazona,
que tienen más actividad (salvo frente a Bacteroides fragilis ) y mejor
farmacocinética.
Su utilización clínica, como en el caso de las cefalosporinas resistentes
a las b-lactamasas, debe limitarse al hospital y aquellas situaciones en que los
agentes etiológicos implicados sean sensibles. Es necesario resaltar su importante
papel en las infecciones por anaerobios gracias a su actividad frente a Bacteroides
fragilis y especies afines.
Clavaminas
Dentro de este grupo, la sustancia más estudiada es el ácido clavulánico
producido por Streptomyces clavuligerus . Químicamente consta de un
anillo oxazolidínico unido a otro b-lactámico. Las cadenas laterales
surgen del carbono en posición 2. Tiene escasa actividad antimicrobiana, pero
es un potente inhibidor de algunas b-lactamasas. Se ha demostrado acción sinérgica
en combinaciones con ampicilina, amoxicilina, carbenicilina, ticarcilina, penicilina
G, cefalotina, cefaloridina y cefazolina.
La combinación de ácido clavulánico (l parte) y amoxicilina
(4 partes) es eficaz frente a cepas productoras de b-lactamasas de Staphylococcus
aureus, E. coli, Klebsiella y B. fragilis. Se ha comprobado su utilidad
clínica en infecciones urinarias, cutáneas y de tejidos blandos, producidas
por microorganismos resistentes a la ampicilina.
Además del ácido clavulánico, existen otros b-lactámicos
que son inhibidores de las b-lactamasas. El más utilizado es la sulfona del
ácido penicilánico o sulbactam, que se emplea habitualmente asociada
a ampicilina por vía parenteral o como prodroga mutua, conjuntamente con la
ampicilina, por vía oral (sultamicilina).
Los ácidos 6-b-halopenicilánicos (6-b-cloro, 6-b-bromo y 6-b-yodo)
son también inhibidores de las b-lactamasas. Todos estos preparados tienen
una actividad antimicrobiana intrínseca baja.
Algunos antimicrobianos b-lactámicos con gran actividad antibacteriana son
a su vez potentes inhibidores de las b-lactamasas, como sucede con las cefamicinas
e imipenem.
Carbapeneminas
Incluimos aquí los ácidos olivánicos producidos por Streptomyces
olivaceus y la tienamicina producida por Streptomyces cattleya . De éstos,
el más estudiado es la tienamicina, que tiene un espectro que abarca grampositivos,
incluido Staphylococcus aureus productor de b-lactamasas, y gramnegativos,
incluidos Pseudomonas aeruginosa y Bacteroides fragilis. Dado que
esta sustancia es inestable, se ha conseguido un derivado que carece de este problema,
la N-formimidoil-tienamicina (MK 0787) o imipenem. Este antimicrobiano es sensible
a una dipeptidasa renal, por lo que se administra junto con un inhibidor como cilastatina.
Imipenem + cilastatina se administran por vía parenteral y ya se han introducido
para su uso clínico.
Oxacefeminas
Químicamente, el núcleo es semejante a las cefamicinas, salvo que el
azufre del anillo dihidrotiazínico ha sido sustituido por oxígeno.
El único representante de este grupo es el moxalactam, que tiene una gran
actividad frente a bacterias gramnegativas, resistentes a otros b-lactámicos.
Su espectro y actividad es semejante al de la cefotaxima, pero es más eficaz
frente a Bacteroides del grupo fragilis. Su actividad frente a Pseudomonas
aeruginosa es moderada y frente a Staphylococcus aureus es poco importante.
Por sus efectos secundarios, principalmente sobre la coagulación, su uso está
muy restringido.
Monobactámicos
Los antibióticos monocíclicos son obtenidos de forma natural a partir
de bacterias (Chromobacterium, Agrobacterium, Flexibacteria, Nocardia, etc.).
De los monobactámicos naturales se han obtenido otros por síntesis,
que son los que se utilizan en clínica. Estos preparados tienen radicales
que determinan su resistencia a b-lactamasas y actividad frente a gramnegativos.
Hasta el momento se dispone en clínica de dos preparados, el aztreonam (obtenido
por síntesis) y el carumonam (derivado del sulfacezín). Ambos tienen
un espectro y actividad semejantes, y actúan exclusivamente frente a bacterias
gramnegativas aerobias o facultativas; el carumonam es ligeramente más activo
frente a Pseudomonas aeruginosa. No obstante, la experiencia clínica
es más dilatada con aztreonam, que se presenta como alternativa a los aminoglicósidos.
Aminociclitoles
Es un grupo caracterizado químicamente porque los antibióticos que
lo integran son alcoholes cíclicos aminados. En la clasificación de
estos fármacos se distinguen dos grupos claramente definidos. En el primero
sólo existe un representante, la espectinomicina, y el segundo está
constituido por los aminoglicósidos, que se caracterizan por tener dos o más
aminoazúcares unidos a una hexosa central por un enlace glicosídico.
En relación a la hexosa central, hay a su vez dos subclases, los que poseen
estreptidina y los que tienen 2-desoxiestreptamina. Dentro de esta última
hay tres familias: la de la neomicina con tres aminoazúcares y la de la kanamicina
y gentamicina con dos, y uno de ellos es, respectivamente, glucosamina y garosamina.
Espectinomicina
Se obtiene a partir de Streptomyces spectabilis. Dentro de su espectro están
incluidos los bacilos gramnegativos, con el inconveniente de que desarrollan rápidamente
resistencias a él. La base para la utilización en clínica es
su actividad frente a Neisseria gonorrhoeae . Su acción es bacteriostática
por inhibición de la síntesis proteica en los ribosomas 30S. La resistencia
que desarrollan las bacterias puede ser cromosómica, por una mutación
que inhibe la unión a los ribosomas 30S, o extracromosómica, por plásmidos
que codifican enzimas adenilantes. Clínicamente está indicada en uretritis,
cervicitis y proctitis gonocócicas, y en casos de alergia o fallos de la penicilina.
Se emplea en dosis únicas exclusivamente.
Aminoglicósidos
El origen de estos antibióticos es natural o semisintético. Entre estos
últimos están la dibecacina y kanendomicina (derivado de la kanamicina
B), la amikacina (de la kanamicina A) y la netilmicina (de la sisomicina).
Su espectro de actividad abarca la práctica totalidad de enterobacterias y
estafilococos y carecen de acción frente a otros cocos grampositivos y bacterias
anaerobias. La gentamicina, tobramicina, sisomicina, dibecacina, netilmicina y amikacina
tienen actividad frente a Pseudomonas aeruginosa y algunos otros bacilos
no fermentadores de la glucosa. Este espectro se ve reducido por la aparición
de cepas resistentes, que son muy numerosas en la familia de la neomicina y en la
kanamicina (existe resistencia cruzada entre ellos) y menos a menudo en la gentamicina,
sisomicina, tobramicina y dibekacina, que tienen un espectro casi idéntico
y resistencia cruzada. No obstante, hay excepciones, así, la tobramicina es
eficaz frente a cepas de Pseudomonas aeruginosa resistentes a la gentamicina,
y ésta es más eficaz que aquélla frente a
Serratia . La sisomicina es prácticamente idéntica a la gentamicina,
salvo una actividad ligeramente superior en razón al peso y en presencia de
suero, y frente a Proteus indol-positivos y Pseudomonas aeruginosa
. La netilmicina tiene una actividad semejante a la gentamicina, pero resiste a las
enzimas adenilantes. Es menos activa frente a Serratia y Pseudomonas aeruginosa
.
La amikacina, sobre la base de su resistencia a las enzimas detoxicantes, es el aminoglicósido
de mayor espectro y efectividad.
Ningún aminoglicósido se absorbe de forma significativa por vía
oral, y es necesario administrarlos por vía parenteral. Algunos son muy tóxicos,
como la neomicina, y sólo pueden aplicarse en forma tópica. Las vías
de administración que pueden ser utilizadas son: IM, IV, intratecal e intra-
ventricular, intraperitoneal, oral, cutánea, conjuntival y respiratoria por
aerosoles.
Este grupo de fármacos tienen un potencial tóxico importante. Los efectos
nocivos más frecuentes y graves son la ototoxicidad, nefrotoxicidad y bloqueo
neuromuscular.
La toxicidad en el VIII par craneal afecta tanto la rama vestibular como la coclear,
si bien el grado de afectación de cada una de estas ramas varía según
el fármaco. Así, la estreptomicina, gentamicina y sisomicina tienen
fundamentalmente una toxicidad vestibular, mientras que la de la kanamicina, neomicina
y amikacina es básicamente acústica. La tobramicina presenta una toxicidad
semejante en ambas ramas. La ototoxicidad está en relación con la edad
del paciente, dosis del antimicrobiano, duración de la terapéutica,
daño renal preexistente, administración previa de otros aminoglicósidos,
asociación con otros fármacos ototóxicos, etc. El antimicrobiano
del grupo menos ototóxico parece ser la metilmicina.
En el riñón, los aminoglicósidos producen necrosis tubular y
daño intersticial. El potencial nefrotóxico de los aminoglicósidos
es por orden de frecuencia: neomicina, gentamicina, sisomicina, kanamicina y amikacina,
y tobramicina. La estreptomicina tiene una toxicidad renal muy baja. Favorecen la
aparición de este efecto secundario la gravedad de la infección, la
edad, dosis y duración, la preexistencia de daño renal, la hipotensión
y la asociación con otros fármacos nefrotóxicos, como la cefaloridina.
Todos estos fármacos producen un bloqueo neuromuscular especialmente en la
anestesia o en la aplicación de bloqueantes neuromusculares, o en enfermedades
como la miastenia gravis y a veces podrán provocar un paro respiratorio.
Los que se administran por vía oral, como la neomicina y kanamicina, pueden
desencadenar síndromes de malabsorción. El resto de acciones secundarias
son muy raras.
Aunque la estreptomicina tiene actividad frente a otros bacilos gramnegativos, no
se utiliza por la frecuencia con que éstos desarrollan resistencia. En las
endocarditis por enterococos o estreptococos viridans se asocia a penicilina
o ampicilina y, en caso de alergia a éstas, con vancomicina.
La neomicina y kanamicina se utilizan fundamentalmente en la profilaxis previa a
la cirugía del colon mediante pautas cortas, con el fin de reducir el número
de bacterias aerobias y facultativas de esta parte del intestino. Se administrarán
con un fármaco que tenga actividad frente a anaerobios, como la eritrómicina,
y habremos de combinarlo con limpieza mecánica. En la aplicación por
vía tópica, la neomicina se suele asociar con bacitracina o polimixina
B, o ambas.
Este grupo de fármacos se ha empleado en el tratamiento del coma hepático,
en enfermos con insuficiencia de esta víscera por cirrosis u otras circunstancias
clínicas, fundamentado en el hecho de que la disminución de la flora
comporta una menor absorción de sustancias nitrogenadas, que, al no ser detoxicadas
por el hígado, contribuyen a la instauración de aquel cuadro.
La paromomicina se ha usado como fármaco alternativo en el tratamiento de
las teniasis.
La gentamicina y los fármacos que comparten su espectro de acción han
sido durante muchos años el tratamiento de elección de procesos infecciosos
graves. En la actualidad, con la aparición de resistencias, es necesario determinar
previamente la sensibilidad de las bacterias. En las infecciones urinarias, los aminoglicósido
son inactivos cuando se alcaliniza la orina. En las endocarditis por enterococos,
la gentamicina es más activa que la estreptomicina, por lo que debe sustituirse
y asociarse con ampicilina o, en caso de alergia, con vancomicina. En el período
neonatal, estos fármacos atraviesan la barrera hematoencefálica y se
han utilizado en los tratamientos de meningitis y ventriculitis por gramnegativos,
asociando la administración general a la intratecal e intraventricular. También
se emplean en meningitis del adulto por bacterias resistentes a fármacos que
atraviesan esta barrera y se administran por vía intratecal. El desarrollo
de las cefalosporinas de tercera generación ha relegado a un segundo plano
estas indicaciones.
El uso de la amikacina ha de ser limitado al hospital y restringirse a infecciones
graves por bacterias resistentes a otros fármacos, enfermos con deficiencias
inmunitarias, pacientes con enfermedades subyacentes y salas críticas como
la UCI, etc. Su uso generalizado ha condicionado lamentablemente la aparición
de numerosas resistencias. Se aconseja no emplearla de entrada en las infecciones
urinarias, salvo que sean resistentes a otros fármacos.
Polipéptidos o polipeptídicos
Constituyen un grupo heterogéneo de antibióticos que presentan, no
obstante, rasgos comunes: estructura química de polipéptidos, la mayoría
cíclicos, resistencia a la inactivación por enzimas proteolíticas,
falta de absorción oral y alto potencial nefrotóxico.
Tienen un espectro variable; algunos son activos básicamente frente a grampositivos
(vancomicina, bacitracina tirotricina y ristocetina), otros, frente a gramnegativos
(polimixina) y otros, frente a micobacterias (capreomicina y viomicina).
La tirotricina (una mezcla de gramicidina, 20 %, y de tirocidina, 80 %) y la ristocetina
carecen de interés práctico en este momento. La viomicina y capreomicina
se tratarán en el capítulo de las tuberculosis.
Polimixinas
Químicamente, estos antimicrobianos son polipéptidos cíclicos
básicos. Existen cinco tipos: A, B, C, D y E. Por su elevada toxicidad se
utilizan en clínica solamente las polimixinas B y E (esta última también
se denomina colistina o colimicina). Son producidos por especies de Bacillus polymyxa
y se utilizan en forma de sales, como sulfato de polimixina B o colistina en la
aplicación tópica u oral, y como metasulfonato de colistina (colistimetato)
por vía parenteral, sal que se hidroliza en el organismo liberando colistina
libre.
Las polimixinas carecen de actividad frente a las bacterias grampositivas. En su
espectro de acción están incluidas las enterobacterias (salvo Proteus,
Providencia y Serratia ) y Pseudomonas aeruginosa , que constituye el
pilar fundamental para su utilización clínica. También son activas
frente a Vibrio, Pasteurella, Haemophilus y Bordetella e inactivas frente
a Brucella, Neisseria y anaerobios.